La responsabilidad social corporativa podemos definirla como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido.
Como ejemplo de una buena responsabilidad corporativa sería el caso de la empresa de mensajería MRW cuya empresa tiene grandes prestaciones dirigidas a sus empleados y también favorables descuentos y ofertas hacia sus clientes más vulnerables como gente mayor, niños discapacitados y jovenes. Por todo ello, ha conseguido numerosos premios gracias a su labor de cooperación y la solidaridad como compromiso firme y que va más allá de lo que se le puede pedir a cualquier empresa. Debido a su buena responsabilidad social es conocida por numerosas asociaciones y entidades.
Por el contrario podemos ver el caso de Zara el cual tiene una responsabilidad corporativa muy bien definida en sus estatutos y página web pero en la realidad se les relacionadas con la contratación de niños menores de edad para la fabricación de la ropa de Inditex en Bangladesh. Además, también otra importante empresa como es el Corte Inglés también ha tenido casos de explotación aunque en sus memorias corporativas es muy distinto lo que figura.
Otro caso de mala reputación corporativa es el caso de Nike, el cual también ha sido denunciada por la explotación infantil a niños menores de 6 años en algunas ocasiones de países subdesarrollados como es el caso de Pakistán.
La responsabilidad social de las empresas debería ser más fiel a sus principios y a lo que figura en ellos ya que es mucho más negativo la mala imagen que se les asocia al descubrirse o destaparse estos escándalos.